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México DF, Antarctica
escribana que estudió periodismo, ama el rock y sus músicas aledañas, así como la poesía y las relaciones tormentosas

febrero 24, 2017

Mi respuesta amistosa a VALERIA LUISELLI


Mi amistosa respuesta a
VALERIA LUISELLI

FEMINISMO NECESARIO

Valeria Luiselli


Aunque disentí sobre su texto "Nuevo Feminismo" en El País (aquí), publicado el 13 de Febrero, NO estoy en favor del linchamiento barato del que Valeria ha sido objeto, sino del diálogo. Esto es lo que le diría, sin faltas de respeto y con la mayor claridad de la que pude ser capaz:

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QUERIDA VALERIA:

No te conozco pero a partir de lo poco que sé de ti, de lo que me dan ganas es de saludarte amablemente y platicar, no de imprecarte ni de lincharte. El linchamiento público jamás será la solución a NADA. Te he visto en persona de lejos en actos literarios, en fotos, y luces abierta al diálogo e inteligente, con el cariz irónico de quien no se toma tan en serio, tan habitual en tu generación, aunque también emanas un curioso candor, dicho sea sin ironía ni malicia.

- Leí tu colaboración la semana pasada en El País, y no negaré que sentí desconcierto al leerla (pero no enojo ni furia; me explicaré más abajo). Me queda claro, por el nivel intelectual, académico e informativo que manejas, que NO desconoces la tragedia que vivimos a diario en México y en el orbe entero, en torno al quebranto de los derechos humanos de las mujeres. Me queda claro también, como has informado en tu cuenta de Twitter, que lo que quisiste decir es que es de flojera (o triste, digamos) tener que regresar a batallas del pasado que “parecían ya ganadas” o superadas, por lo cual, entiendo que la intención de tu texto no era desacreditar en sí al feminismo en general, sino lamentarte de tener que regresar al pasado. A cambio, el blog “Lobas: un cuarto propio” te contestó de forma aberrante y por debajo de un nivel de debate educado y realista; emplea el ataque personal, pierde el punto, y tira por la borda cualquier posible diálogo respetuoso. Quien lo escribió se fue al otro extremo y actuó con la misma violencia de la que las feministas nos dolemos todo el tiempo. Así no, así tampoco puede haber diálogo.

- Si te tuviera enfrente, con el respeto que me merece tu persona, tu trabajo, tu trayectoria, tus publicaciones, tu cultura, tu labor social (porque sé que la haces), mis palabras irían por otro rumbo. Te diría:

Valeria Luiselli
* Me temo que un tema tan sensible, quizá debió ser escrito con un poco más de tacto. Si uno sabe leer, queda claro que tu texto tiene un tono irónico y bromista, pero palabras tan fuertes como “bostezo” o “aburrición” hacia una causa, en un momento en que la Marcha de las Mujeres en Estados Unidos fue tan fuerte, histórica, producen confusión y encono, en primera instancia. Pésimo timing. Dichas palabras caen como bomba, obnubilan, ofuscan y hacen que perdamos de vista que estás queriendo hablar de lo “ridículas” o “extremas” que pueden parecer a veces ciertas posturas extremas del feminismo, pero que aunque así puedan llegar a parecer, merecen respeto (como también merece respeto tu opinión, por supuesto). Hay muchas muertes y dolor detrás de cada historia por la cual nos levantamos no sólo en las calles sino en nuestros trabajos diarios, en nuestras empresas, en los medios, en nuestro entorno familiar, como estoy segura que tienes clarísimo, y las palabras que empleaste nos lastiman. Me apego a la idea de que lo escribiste apresurada y con ligereza, y que puedes llegar a reconocerlas como un exceso, un descuido, del cual algunos esperaríamos una explicación o una disculpa (aunque de no ser así, también estarías en tu derecho, y esperaríamos tus razones, pues lo que escribiste fue público).

* La antisolemnidad es valiosa hasta en los momentos más difíciles, como lo planteas. Pero sí creo que hay que tener mucho cuidado con las palabras, NO POR CORRECCIÓN POLÍTICA, sino porque puede darle armas (de hecho, tu texto lo hizo) a quienes denuestan a las personas que luchan por los derechos de las mujeres. Eso sí me parece delicado y es en donde recalcaría que quizá debiste poner más atención, ser responsable, porque lo que escribes tiene un amplio alcance e influencia.

* Ahora, cuando aclaras después que en realidad te lamentas de que debamos regresar a luchas del pasado, pues pensabas ya rebasadas dichas demandas, también entiendo tu magnífica intención y tus deseos, pero le das armas a quienes te juzgan de estar alejada de la realidad, pues es bastante sabido que falta mucho para que las mujeres seamos respetadas al 100 por ciento a nivel mundial.

Agresiones inadmisibles
- Sobre la carta del blog Lobas: Un cuarto propio (aquí) te digo no sólo a ti sino a ellas, y a todos los que la hayan leído, que de entrada poner en tu rostro una línea roja de “prohibido” es violento, ofensivo e innecesario. Atacar hablando del privilegio y la posición social es muy bajo y erróneo, pues no hablan desde la razón ni el argumento sino del odio y el rencor, tristemente propio de un país clasista, que no se justifica ni aun teniendo desigualdades sociales y económicas tan grandes, donde el acceso a la educación y a una vida digna debiera estar al alcance de todos y no ser considerado un “privilegio” del que haya que disculparse o sentirse culpable. El atacarte por tu historia de vida no tiene sentido, es absurdo y no habla sobre el tema real: el feminismo. Conozco mucha gente “privilegiada” que es muy consciente, y gente “no privilegiada” que es harto inconsciente. El síndrome rico=malo, pobre=bueno, de los melodramas mexicanos, parece no desaparecer del todo del consciente colectivo.


- Me parece que hay que dejar de lado ese último apartado bochornoso y volver a dialogar con profundidad sobre lo importante: EL FEMINISMO NECESARIO.

- No sé si vayas a leer esto, pero te mando un abrazo. Sería lindo conocer tu respuesta lúcida a todo este entuerto.