Acerca de mí

Mi foto
México DF, Antarctica
escribana que estudió periodismo, ama el rock y sus músicas aledañas, así como la poesía y las relaciones tormentosas

enero 30, 2012

Mejores Discos del Año 2011. Electrónica

porque el papel nunca es suficiente..
la RUTA SONORA
selección de discos 2011


Lo distintivo de 2011 (electrónica)

Bobby Krlic, alias The Haxan Cloak

Aunque ya tenía unos años emergiendo, en 2011 estalló el dubstep como la línea electrónica más hype. Asimismo, la mezcla de emisiones acústicas, la baja de procesos digitales, en busca de timbres retro-hardware (sin dejar de procesar con software), sigue dominando esta escena. Sonoridades oriundas del hip hop, sin voces, también han sido área de incursión creativa. El área experimental se nutrió también de sonidos acústicos, sampleos, instrumentaciones sólidas. Como siempre, el lado menos comercial de la electrónica sigue brindando tonos más originales que el rock, ante la incredulidad y ofusque de los más guitarrosos. Hoy, la primera parte del recuento de este género.


1. The Haxan Cloak. The Haxan Cloak
. El inglés Bobby Krlic funde sonidos de madera que cruje, metales golpeados, cellos, violines, sintetizadores, voces ocultas, para dar como resultado amplios espectros de ruidismo armónico, austero, siniestro. Indescriptible. Fascinante.



- Daniel Lopatin

2. Oneohtrix Point Never. Replica. El neoyorquino Daniel Lopatin vuelve con sus paisajismos ambientales, que igual provocan paz que inquietud enferma. Entrecortes, voces humanas mecanizadas, pianos arrítmicos, acompasados, sintes imperceptibles, gis cual error admitido. Azoro cósmico.

James Ferraro --

3. James Ferraro.
Far side virtual
. Alejado de toda tendencia, entre sintetizadores ambient demodé, este estadounidense hace una oda a los sonidos digitales que nos rodean hace casi 20 años (sonidos de Windows de los 90, citas a Google, a los celulares, a Starbucks), con guiños épicos tipo Mike Oldfield pero en tono irónico, donde la composición sinfónica, el electro-folk y los Casio tienen cabida. Antisolemnidad y marcianez totales.



- Sakamoto y Alva Noto

4. Alva Noto + Ryuichi Sakamoto. Summvs. Estos dos grandes del avant-garde (uno alemán, el otro japonés) se unen para generar, entre pianos y microbeats digitales con estática, musicalidades amplias, notas aisladas, largos silencios, para hacer una electroacústica abierta cual cielos sin concreto ni montañas. Minimalismo sutil, exquisito.

Rustie --

5. Rustie. Glass swords.
Uno de los discos de dubstep más destacados del año, el de este escocés, que hiperactivo y lúdico, adorna el ritmo entrecortado del momento, con sinte-arreglos de synth-rock de los años 80, acid de inicios de los 90, y actual rap-R&B comercial. Todo un pastiche divertido, frenético y sorpresivo.


-- Olaf Bender

6. Byetone. SyMeta. El alemán Olaf Bender, creador del sello Raster-Noton, vuelve con un techno oscuro, enajenante, motorizado, entre timbres erráticos, sucios, distorsionados. Electro frío y mínimo, a veces rabioso, a veces de bajo impacto, para autómatas en penumbra.

Nicolas Jaar --

7. Nicolas Jaar. Space is only noise
. Este chileno-estadounidense usa la electrónica de pretexto, y con influencia de su paisano Ricardo Villalobos, aplica beats y sonidillos orgánicos delicados, entre pianos jazzy inspirados en Erik Satie, voces de niños jugando a lo lejos, algo de soul y violines silvestres. Suave, melancólico, fresco.


-- Battles

8. Battles. Gloss drop.
Más electrónico que rock (a diferencia de su debut), ya sin el artista Tyondai Braxton, pero igual de bueno: una montaña rusa de sensaciones, sonidos y texturas; batería, guitarras, sintetizadores y voces invitadas (Gary Numan, Matías Aguayo, Yamantaka Eye, Kazu Makino). Disco colorido, excesivo, como en atascón de enervantes, que hipnotiza y machaca placenteramente.



James Pants --

9. James Pants. James Pants. Tercer plato del de Washington; el electrofunk de antaño quedó atrás para dar paso a un disco ultra-personal, de chillwave/darkwave de ondita: toda una paleta locuaz e inventiva, desconcertante, de pop deslavado, ecos constantes, voces fantasmales, sintetizadores siderales y guitarras disimuladas. Muy excitante.

-- Tim Hecker

10. Tim Hecker. Ravedeath 1972. Enigmático y semi-sucio, el ambient de este veterano de Montreal, fabrica en los oídos decenas de paisajes gélidos, auroras boreales, amaneceres borrosos, con sintetizadores orquestales vaporosos, nostálgicos, sin un ápice de beat. Envolvente, hermoso.

Ali Wells --

10. Perc. Wicker & steel. El inglés Ali Wells sorprende en cada track con ambientaciones imantadas, ritmos entrecortados, estática constante, sonares desorientados, ruido metálico bien dirigido. Gran inventiva, poca repetición. Mala-onda, futurista-mecánico, espléndido.

-- Noah Lennox

11. Panda Bear. Tomboy
. Sigue haciendo del reverb y el delay excesivos su marca, pero a diferencia de su asombroso Person Pitch (2007), Noah Lennox aplica más melodías vocales y estructuras que antes, sin dejar de causar fascinación soñadora y personal.


Alec Koone --

12. Balam Acab. Wander / Wonder. Hermoso disco del neoyorquino Alec Koone, lleno de sonidos orgánicos que semejan agua, hojas pisadas, cantos de sirenas, nados siderales. Pastoso y textural, femenino y envolvente, sensual, enigmático. Bella y deschavetada experiencia.

- James Blake
13. James Blake. James Blake. Este joven inglés vuelve a deconstruir el R&B y construir fantasmales y delicadas piezas de inclinación dubstep/jazz de forma austera, minimal, con sintes deslavados, pianos disonantes, voces procesadas y apabullante elegancia.

Azari & III ---

14. Azari & III. Azari & III.
Dueto de Toronto que se engolosina con timbres conocidos de tecladito barato de los 80 para hacer un pastiche que no suena a esa década, ni en estructuras ni en melodías, sino a algo tecno-deslavado, simpático, cantábile, bailador, enfermito.


-- James Potocar

15. Zomby. Dedication.
En segunda placa, este enigmático productor (Jeff Potocar), quien siempre aparece con el rostro cubierto,se mueve entre el dubstep, el drum&bass posfechado, los pianos magros, los violines de misterio, los beats de tímbrica móvil, y lo hace de manera diversa, original e intrigante.


Jamie Teasdale --

16. Kuedo. Severant. Jamie Teasdale,
mitad del dúo Vex’d, inspirado en Vangelis, pero de otra galaxia, se apega al juego de sintes análogos sin fin, beats cortitos dispares, así como de hip hop de vieja escuela. Obsesivo, penetrante, aunque también ambient-luminoso.


-- Little Dragon

17. Little Dragon. Ritual Union. Con la cantante sueco-japonesa Yukimi Nagano al frente, los interesantes y juguetones sonidos de este trío, hacen de éste un synth-pop sutil de a gotas dulces, de primer orden. Tras colaborar con Gorillaz y SBTRKT, lo hipster no le quita calidad ni belleza.

Gang Gang Dance --

18. Gang Gang Dance. Eye contact. El colectivo neoyorquino amante de los paisajes indescriptibles, en cuarto trabajo juega con los ambientes sinteti-kitsch y la voz de Liz Bougatsos al frente, con melodías que remiten al medio oriente, entre ocurrencias sónica exóticas, atrayentes.

-- Hype Williams

19. Hype Williams. One nation.
Sintetizadores que se derriten en tus manos y oídos, como quien quema una imagen plasmada en technicolor. Desde Londres, genera espacios plásticos placentero-terroríficos, entre beats baratos de Casio viejo. Deliciosa tecno-golosina.


Surgeon --

20. Surgeon. Breaking the frame
. De Birmingham, este veterano del techno mínimo, con maestría sigue aportando lo suyo, aplicando gran diversidad de texturas y rítmicas, imposibles de catalogar en un solo anaquel. Delicioso, fino, bailable, inventivo.


-- Axel Willner

21. The Field. Looping state of mind. Como indica el título, el sueco Axel Willner entra en estado de hipnosis sónica, y lo contagia de forma etérea y volátil, como si el azul se volviera un eco repetitivo en forma de remolino de viento, en cámara lenta. Pesadilla sutil, placentera.


Otros discos importantes:


Toro y Moi --

22. La belleza melódica-pop del imaginativo Chaz Bundick, alias Toro y Moi, y su Underneath the Pine.

-- Nils Frahm

23. La quietud onírica, bonita, oceánica, de Nils Frahm y sus discos gemelos: Felt y Juno.


Holy Other --

24. Los pasajes taciturnos y decolorados del With U de Holy Other.

-- David Lynch

25. El misterio del cineasta David Lynch hecho trip-hop synth-popero: Crazy clown time.

Metronomy --



26. La evolución post nu-rave de los ingleses de Metronomy y su synth alegre y bailable, con The English Riviera.


-- Cut Copy.

27. Cut Copy, de Australia, también dio un salto con su new wave, disco, french house, retro-delicioso, con In Ghost Colours.


Bradford Cox --

28. Bradford Cox, líder de Deerhunter, con su proyecto solista Atlas Sound y su volátil, vaporoso y guitarril Parallax.

-- SBTRKT

29. El dubstep souleado del inglés Aaron Jerome, alias SBTRKT, con disco cantado, melódico y emotivo, de mismo nombre.

Björk --

30. De panzazo, por lo cansado que se vuelve ya su repetición vocal, pero rescatable por haber sido editado como parte de un ambicioso proyecto multimedia, además de aportar dos que tres nuevas y bellas sonoridades y timbres, aunque familiarizado con Vespertine (2001), Björk y su Biophilia.


enero 16, 2012

Mejores Discos del Año 2011. Rock

los discos del año 2011
según la RUTA SONORA

Lo distintivo de 2011
(rock anglo. 1a parte )


Tom Waits

2011: año de transición estilística, en que el sonido ambiental, paisajista, acústico y multi-instrumental se siguió imponiendo. Año en el que varios veteranos siguieron asomando casta, y en el que cada vez más mujeres marcaron la pauta. Aquí, la primera parte de los álbumes que, más que ser “los mejores”, distinguieron a 2011, sobresalieron, indicaron caminos, en cuanto a rock anglosajón, según este apartado.

1. Tom Waits. Bad as me. Generar un estilo único es gran cosa, y más si aun así, se oye fresco. Montado en los viejos blues, rockabilly, rhythm & blues, jazz, country y cabaret, este viejo lobo da vida a sus visiones rasposas, que van del humor al amor y la locura, con invitados de lujo: Keith Richards, Marc Ribot, David Hidalgo y Flea. Muy pocos de su generación, con tal energía, actualidad y creatividad.


Paul Simon --

2. Paul Simon
. So beautiful or so what. Otro clásico: apegado a su estilo de polirritmias tribales, cuerdas, guitarras acústicas amables e insistentes, sin tufo nostálgico, con una producción contemporánea sin miedo al efecto y la producción digital, gran gusto por la textura sónica, y la asertividad de Graceland (1986), Simon ofrenda un disco de lúcidas y alegres tonadas, lleno de vida, sensibilidad y elegancia.

-- PJ Harvey

3. PJ Harvey. Let England shake
. Esta fabulosa cantautora inglesa, en equipo con John Parish y Mick Harvey, y la producción de Flood, se reinventa y entrega un fastuoso y crítico disco-concepto en torno a la historia bélica de su país, a punto de percusiones rústicas, xilófonos, metales y mucho autoharp (instrumento folk tipo salterio). Chulada que le mereció el Premio Mercury 2011.




Brian Wilson en los años 60 --

4. The Beach Boys. The Smile Sessions. Más allá de la versión que Brian Wilson, genio detrás de los Beach Boys, emitió en 2004 del mítico Smile (grabado en 1966), a modo de añeja deuda, esta caja con 5 discos es un océano de tomas originales, que retratan la obsesión y perfeccionismo de un amo de la armonía pop, rechazada en su momento por los demás integrantes. Valioso documento, rico en deliciosas pruebas y “errores”, y por supuesto, con el sonido del disco, tal y como debió salir en 1967... o quizá mucho mejor. Una maravilla.




-- 5.
Jim O’Rourke / Oren Ambarchi / Keiji Haino. In a flash everything comes together as one there is no need for a subject. Grabado en vivo en Tokyo, con batería, bajo, guitarras, gemidos y efectos electrónicos, este trío de prestigiados músicos experimentales (Australia, Estados Unidos, Japón), ofrece un retruécano de sonidos trastornados, que van de la improvisación libre al hard rock, el metal, el ruidismo y la dimensión desconocida. Desquiciante.

the Black Keys --

6. The Black Keys. El Camino. Desde Akron, Ohio, Dan Auerbach (guitarra) y Patrick Carney (batería) toman el caminito dejado por los White Stripes y agarran carretera a bordo de este bólido de rocanrol claro, directo y sin frenos, con su claridosa combinación de hard rock, soul y boogie, y producción del gran Danger Mouse, en séptimo disco. Pasión por el blues, la distorsión 60-70’s y el canto confidente, puestos al día.

-- Annie Clark

7. St Vincent. Strange Mercy. Annie Clark, texana virtuosa de la guitarra eléctrica, ejecuta un distintivo tercer álbum, más personal y menos académico, entre escenarios que contrastan fragilidad emocional, épicas cuerdas y su omnipresente fuzz tronador. Voz vaporosa, tensión, ansiedad, beats electro-acústicos, paisajes coral-orquestales, dan tono a un pop contemporáneo de gran clase.


Kate Bush --

8. Kate Bush. 50 words for snow.
Como parte de su segunda racha reciente, esta jefa inglesa de los años 80, mamá estilística de Tori Amos, Fiona Apple, Bat for Lashes, Joanna Newsom…, deja caer siete delicados, a veces disonantes, copos de nieve vocales, con gargantas invitadas (Elton John en una pieza), un piano, cuerdas, y el eco cristalino de la sutileza y la quietud taciturna.



-- Fleet Foxes


9. Fleet Foxes. Helplessness Blues. Romanticismo bucólico el de este conjunto de Seattle encabezado por Robin Pecknold, que con producción de Phil Ek vuelve en segundo plato: un viaje pastoral que remite a Crosby Stills Nash & Young y al folk sicodélico inglés de los años 60, con magníficos arreglos corales de ascendencia barroca y hasta celta: cítaras, flautas, violines, alusiones bíblicas, citas a Y.B. Yeats… Una gema.

The Horrors--

10. The Horrors. Skying
. Lejos ya del garage-psychobilly, el combo inglés encabezado por Faris Badwan, evoluciona a un pop oscuro más sincero, cercano a My Bloody Valentine, Echo & the Bunnymen y Bauhaus, terrenos donde la melancolía, la intensidad melódica, las atmósferas sombrías y la introspección, dan cálidos frutos. Menos esplendente que el Primary Colours (2009), pero más elaborado.





--
11. My Morning Jacket. Circuital
. La elegancia espacial del grupo post-country-progre de Kentucky, encabezado por Jim James, vuelve en séptimo disco, con gran intensidad ambiental, no a punta de decibeles sino de emoción campera. Cuerdas, metales, eco: melancolía estrepitosa.


Lykke Li --

12. Lykke Li. Wounded Rhymes
. Fiereza sexual, sensualidad intrigante, guitarras surf, órganos Farfisa, percusiones tribales: desde Suecia, el segundo disco de esta guapa, con uno de los sonidos más peculiares del año, con producción sideral de Björn Yttling (Peter, Björn & John).



-- 13. Thurston Moore. Demolished Thoughts
. El Sonic Youth mayor sana las heridas de su separación con Kim Gordon con un hermoso, triste y delicado álbum, distinto a lo hecho antes como solista, con Beck de productor. Violoncellos deslavados, guitarras acústicas que se derriten y un corazón destrozado.

White Denim --
14. White Denim. D. Tercera entrega de este cuarteto de Austin: maravilla que conjunta fuerte base bajo-batería con riffs psicodélico-sesenteros actualizados, toques de jazz, escalas progresivas, flautas transversas, violines. Son como los primos hippie-románticos de los Black Keys.


-- 15. Russian Circles. Empros. De Chicago, este poderoso trío construye con pocos elementos formidables piezas sónico-atmosféricas en cuarto disco: apocalíptico post-rock con toques de elegante metal, tipo Godspeed You Black Emperor! o Mogwai. Penetrantes y amplios pasajes plenos de calma, tensión y explosión instrumentales.



Daniele Luppi y Danger Mouse --



16. Danger Mouse & Daniele Luppi.
Rome.
La ensoñación define a esta suntuosa conjunción entre el productor estrella Danger Mouse y el compositor italiano Daniele Luppi, en homenaje orquestado, fantasmal y acústico al cine italiano de los años 70, con Jack White y Norah Jones como cruciales voces invitadas.

Merrill Garbus --

17. tUnE-yArDs. W H O K I L L. La inquieta cantautora Merrill Garbus, de Nueva Inglaterra, con expresiva y andrógina voz, ejecuta un álbum naive, lúdico, creativo: con ukuleles, metales, sintetizadores y sampleos, mezcla folk, hip hop, jazz y acentos vocales de ascendencia africana. Uno de los proyectos más originales del año.

-- 18. Anna Calvi. Anna Calvi. Con penetrante emisión vocal, grave, teatral, esta cantautora inglesa arroja intriga, con orquestación que podría ser soundtrack de David Lynch, esquina con la vaporosa y sesentera April Stevens. La mezcla de melodías pop oscuras con rítmicas aflamencadas, resulta turbadora, personal, seductora.

Wilco --

19. Wilco. The Whole Love.
Estos veteranos de Chicago, con Jeff Tweedy al frente, logran un octavo plato casi tan dulce, soñador e inventivo como su célebre Yankee Hotel Foxtrot (2002), en el espíritu soleado, a veces taciturno, de su pop sólido y carismático.



-- 20. Black Lips. Arabia Mountain
. Con una década y siete discos, con producción del gran Mark Ronson, esta pandilla de Atlanta le da un giro a su garage-punk desprolijo para rocanrolear sicodélica, armónica y pachecamente. Punk-yeyé actual, experimentoso, alebrestado, sincero, lleno de vida.




Otros álbumes importantes:

Stephen Malkmus & the Jicks --

21. El ex líder de Pavement, ahora haciéndose llamar Stephen Malkmus & the Jicks, con su atinado rock-pop colorido y elaborado: Mirror traffic, de sonido vaquero-psicodélico tipo Beck, quien justamente lo produjo.


-- 22. Suck it and see, quinto del combo inglés Arctic Monkeys, incomprendido disco, siendo que cada vez se refinan más, con melodías y arreglos más profundos, sentidos, fieros.


Wolves in the Throne Room --

23. El Celestial Linage de Wolves in the Throne Room, de Portland: black metal inspirado en la vertiente escandinava; etéreo, pagano, atmosférico, terrorífico.


-- 24. Poder femenino, también de Portland, con el punk irónico y grrrrl-riot de Wild Flag y su disco homónimo (dos de ellas, ex Sleater-Kinney).

Iceage --




25. Punk danés destructor, de rítmicas desconcertantes y disonancia volátil, bastante original: el New Brigade de Iceage.


-- 26. También de Los Ángeles, el garage-rock retro y animoso, con guiño vocal a Chrissie Hynde, de las Dum Dum Girls y su Only in dreams.

Cults--

27. De Nueva York, pop viajado, agridulce, paredes de sonido, incidencia a lo My Bloody Valentine: Cults con disco epónimo.


-- 28. De Los Ángeles, el pop explorador, minimalista y misterioso de EMA y su notable Past life martyred saints.



29. The Strokes, en su cuarto disco Angles, se movieron hacia otro lado, sin dejar de sonar a ellos; sin embargo, aplicar new wave y arreglos electro sobre guitarras con menos distorsión, agüitó a muchos, siendo que el riesgo les hizo sonar frescos, atractivos.