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México DF, Antarctica
escribana que estudió periodismo, ama el rock y sus músicas aledañas, así como la poesía y las relaciones tormentosas

abril 07, 2017

Post Ceremonia 2017: Entrevista con sus organizadores y crónica de un revire histórico

porque el espacio en el papel nunca es suficiente...
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CEREMONIA 2017: Claroscuros del revire histórico de un festival

Björk en Ceremonia 2017 // foto: Santiago Felipe
Entre el 1 y 2 de abril, todos los involucrados en la quinta edición del festival Ceremonia (Foro Pegaso; Toluca, Estado de México) vivieron una montaña rusa de emociones: pasaron de la ilusión a la amargura, para tener un final más feliz que triste. Caso inédito en la historia de festivales encuentros masivos de rock y electrónica en México, el festival fue cancelado a las 16 horas del día 1º para anunciar luego a las 23 horas que finalmente se haría al día siguiente. La causa: fuertes vientos derribaron parte de uno de sus dos escenarios, lo cual no garantizaba seguridad. Esto pasó cerca del mediodía, cuando el público aún tenía restringido el acceso (iban a entrar a las 13 horas, pero tras lo sucedido, ya no se les permitió ingresar, ante lo cual hubo mucho encono pero no destrozos ni daños graves que lamentar).

Underworld // foto: Carlos H. Juica
Para las productoras independientes Sicario y Tape (Ocesa es sólo asociada y apoya en asuntos de servicios y seguridad), el golpe fue duro, pero la recuperación del evento fue brisa refrescante. Aunque no para todos: muchos no pudieron volver al otro día y quienes viajaron de otras entidades perdieron mucho dinero no recuperable. Por fortuna, al menos desde el miércoles 5 de abril ya hay reembolsos de lo pagado en boletos, transporte y pre-cargas de pulseras (detalles en www.ceremonia.xxx).

Por el lado musical, la conmoción era mucha, pues el cartel incluía uno de los elencos más vistosos en muchos años: Björk, Underworld, James Blake, Nicolas Jaar, Beach House, M.I.A., Floating Points, entre otros. Pudo conservarse la mayoría, menos los tres últimos, y el show principal resultó espectacular, con sonido impecable, enormes los beats del productor venezolano Arca y puntual la orquesta mexicana de cuerdas de Odilón Chávez: una cátedra de belleza clásica con vanguardia tecnológica y el encanto único de esta gran cantante. 



BACKSTAGE:
el testimonio de los organizadores

Partes del escenario que fueron derribadas por el viento
el sábado 1 abril / foto: Arlene Mendoza
Desde lo técnico, desconcertaba que una compañía con 15 años de experiencia, tuviera un error de cálculo de tal magnitud. Aunque la percepción cambió para el 2 de abril, porque recuperar un show de ese tamaño en unas horas, con poco margen de tiempo para comunicarlo (las redes sociales fueron cruciales), logrando una asistencia final de 22 mil 300 personas (se esperaban 30 mil; en 2016 acudieron 24 mil), es una hazaña digna de reconocerse. Y para evitar especulaciones, este espacio habló con sus organizadores: Andrés Méndez (director de Ceremonia, de la compañía Sicario) y Diego Jiménez Labora (curador del elenco, de la agencia Tape).

Armar una sola edición de festival tarda un año; tener a alguien como Björk y a varios de su altura, implica diálogos de dos a tres años. Las primeras ediciones de Ceremonia fueron en verano, pero las lluvias eran tremendas y se pasó a primavera para mejores condiciones. Esta vez no contaban con que habría vientos de entre 60 y 80 kilómetros por hora.

La imagen puede contener: exterior
foto: Arlene Mendoza
Méndez: “Fueron vientos extremadamente fuertes, no previsibles, que se dan con la mezcla de calor y frío extremos: generan remolinos y ráfagas inesperadas. Ahora, es importante aclarar que lo que se cayó no fueron las estructuras de base (en las fotografías puede verse), sino elementos escenográficos, decorativos; volaron lonas, pendones, mapas, carpas, baños portátiles. Todo estaba asegurado para condiciones normales, pero esto fue extraordinario. Y qué bueno que pasó antes del acceso y no con público dentro. De las 13 a las 16 horas, valoramos si con sólo quitar elementos, podíamos seguir. Pero era imposible garantizar al cien por ciento si los vientos volverían y si tendríamos tiempo de quitar todo lo necesario. La decisión de cancelar fue difícil, pero era mejor eso, a que saliera alguien lastimado. La tarde del sábado nos dimos cuenta de que sí nos daba tiempo, y que podríamos reanundar el festival, si lo pasábamos para el domingo”.

- ¿Cómo estar seguros de que no pasaría lo mismo?

Méndez: “Quitamos letreros, adornos, los backs (paredes traseras de escenario); aunque quedó menos vistoso, más 'pelón', todo quedó más ligero. Se reforzaron aun más los escenarios, se amarraron baños; los patrocinios quitaron promo, etcétera. Además el pronóstico de vientos era mucho más tranquilo. Tal y como quedó todo al final, incluso con los vientos del día anterior, nada malo podría pasar”.

Nicolas Jaar, solidario // foto: Carlos H. Juica
Jiménez: “Los managers de producción de los artistas estuvieron ahí en el segundo montaje. Se volvieron a revisar todas las firmas de los DRO (peritos que supervisan estructuras), que desde un día antes ya tenían el visto bueno de Protección Civil. Las pantallas que usaron Björk y Underworld se mantuvieron en el suelo, y sólo se elevarían si bajaban los vientos, como sí ocurrió. Factor importante para reanudar, fue la actitud positiva de los artistas. A la primera que aseguramos fue a Björk, y tuvo toda la disposición; tenía días ensayando con la orquesta mexicana y dijo: ‘cuentan conmigo, pues yo quiero hacer este show’. Igual Underworld, Blake, Jaar… Para todo lo que pasó, regresar con un 80 por ciento de elenco y producción, fue un gran logro. Los que no pudieron estar (M.I.A, Beach House, Floating Points), fue por compromisos de agenda, pero de inicio sí querían. Hubo dos gestos solidarios importantes: Nicolas Jaar personalmente me llamó para ofrecerme su ayuda para hablar con los artistas que fuera necesarios, para convencer a otros artistas, pues fue de los más entusiastas; quería tocar, pues decía estar en uno de los mejores line-ups de su vida, y quería que se diera el festival. Igual hizo alguien de la compañía de management de Björk, William Morris; nos dijo que nos ayudaba a hablar con los artistas, aunque no era su responsabilidad... La verdad fue muy alentador".

Méndez: “Fue conmovedor cómo toda la industria se movió y nos echó la mano. No estuvimos solos. Muchas compañías colegas nos llamaron: ‘¿qué necesitan?’ Muchos medios apoyaron. Vimos que tenemos una industria solidaria; una competencia leal. Los proveedores ni me hablaban de dinero: ‘primero lo sacamos y luego vemos’. Todo eso y la voluntad del público, fue determinante. Estamos muy agradecidos. Y a los que ya no pudieron ir, les decimos que ya pensaremos en una forma de compensarles, lo prometemos”.



ON STAGE:
el show debe continuar

foto: Carlos H. Juica
Para quienes fuimos los dos días, vivir la ilusión de ir, soportar el sol, la espera, tener que regresarse a la CDMX cabisbajos, desilusionados, fue azaroso. Pero la felicidad de saber que sí se haría, daba genuinas energías para repetir el esfuerzo al día siguiente. Para todos es sabido que la artista más esperada era Björk, y que fue quien realmente levantó el festival. De no haberse confirmado ella u Underworld, no habría tenido sentido reanudar. 
Por la mañana del domingo, la sensación era cercana al Día de la Marmota. Levantarse a la misma hora, ir al punto donde un camión oficial nos llevaría, revisar pulseras; pero ahora todo estaría mejor reforzado. 
En efecto, al llegar, a diferencia de la edición 2016, en que todo estaba lleno de colores y adornos, era notoria. El escenario secundario (Corona) se mostraba ligerísimo, sin adornos ni artilugios, y el primer gran acto que empezó con algo de nervios en ese tinglado, pues el viento balanceaba algunos de sus elementos colgantes, fue el del maravilloso productor, cantante y pianista James Blake. Pero pronto ese miedo se transformó en éxtasis, cuando con esa manera elegantísima que tiene, hizo gala de sus dotes para combinar ritmias atravesadas, derivadas del dubstep, con batería, teclados y guitarra en vivo, sin olvidar su magnífica voz, sentida, apesadumbrada pero a la vez luminosa. Verlo a las 3 de la tarde fue extraño, pues el día anterior estaba programado para la noche, y su melancolía es más para la penumbra; sin embargo, ese sol brillante le dio un cariz cálido tal, que la percepción sonora se volvió festiva y alegre, en momentos incluso bailador, lleno de beats instrumentales, sin voz, para la fiesta. 


LA CRÓNICA ESTARÁ COMPLETA POR LA TARDE.
por su comprensión, gracias