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México DF, Antarctica
escribana que estudió periodismo, ama el rock y sus músicas aledañas, así como la poesía y las relaciones tormentosas

enero 17, 2024

¡José Agustín es Rocanrol! / enero 2024

¡JOSÉ AGUSTÍN es ROCANROL! 

Por: Patricia Peñaloza



ROLLING STONES: SATISFACTION

 

En el principio, fue la INSATISFACCIÓN. La maquinaria de la revolución industrial engullendo el espíritu del ser humano, dejándolo en carcasa. Las guerras mundiales, el desencanto de la modernidad. La insatisfacción que se disemina como bomba biológica para posarse sobre las antenas de mentes jóvenes sensibles; la corporeidad como receptora de una iluminación intuitiva, concebida para unos cuantos elegidos. José Agustín, alma ancestral, alma que no envejece, alma perenemente joven, que aparece en medio de un cosmos de oscuridad como una antorcha de neón que tintinea de madrugada en una celda mientras la energía del orbe joven es por él absorbida como un gigantesco remolino de locura y sabiduría.

 

José Agustín, puerta dimensional literaria, primigenia, de una nueva generación inmediata, en contraposición a una oligarquía dominante y ensoberbecida, brinca al escenario, toma el micrófono; lo prende y se abre un vicio agudo que chirría y truena las bocinas, para ensordecer a los ya de por sí sordos y caducos, viejos rancios engominados de mierda.


 

JEFFERSON AIRPLANE: WHITE RABBIT

 

José Agustín, ese maravilloso mash-up, adelantado como medio siglo, que nace psicodélico en su lenguaje pero no llega a pregonar quietud (ni la contemplación llena de flores en la cabeza) sino la ruptura de vidrios, para devenir en un prematuro ente punk, macizo y tronado. José Agustín: pura psicodelia punk.


 

LOS LOCOS DEL RITMO: YO NO SOY REBELDE

 

José Agustín, el rebelde con causa apasionada por la palabra, empecinado en causar molestia a los señores popof de la cultura institucionalizada con C Mayúscula de Cabrones y Culeros. José Agustín, piedra fundacional grandota en medio del jardín, para recostarse sobre ella y fumarse los minutos que nos roba la tristeza; para soñar con romper las formas, rascarse la molestia que implica existir hasta sacarse sangre. El subversivo que todos queremos ser. El atascado que quisiéramos ser sin temer a morir en el intento. El espíritu puro, naïve, que se revienta y reinventa gruexxxo porque sabe que es frágil y en su sobriedad podría quebrarse. El alma encantadora, fresca, sin pretensiones mamertas ni heroicas, que se presenta como un compa igual a ti, que se sienta a tu lado y te deja descubrir que quizá es el ñoño promedio que en realidad somos todos en la intimidad de nuestra vida antisocial. José Agustín, el morro de 20 años que se cristaliza para siempre en nuestra memoria al lado de nuestros recuerdos, como si sus historias fueran nuestras; estrella de rock plasmada en el poster de nuestras recámaras (cerebrales) más íntimas y recónditas.


 

PATTI SMITH: ROCK N ROLL NIGGER

 

José Agustín: la marginalidad como bandera frontal, capaz de abrir un boquete desde dentro de la mazmorra del capital, hoy llamado neoliberalismo, que en los 40, 50, 60, 80, 2miles, sigue siendo la misma fuerza opresora que te ahorca, te exprime el alma y te lleva a buscar una salida a través de la volatilidad mental. La pluma, la cinta, el teclado, la cámara, la grabadora que se salen a las calles, brotan de la calle, se alimentan de la calle, estallan en la calle y hacen surgir cipreses en medio del asfalto más árido de la comarca.

 

Como le pasó al rocanrol, al jazz, al punk, al rap, desde la aparición de José Agustín desde el lado oscuro del camino, la señora institución, casada con el señor sistema, le vieron como género menor, para luego pretender aceptarlo, un tanto a regañadientes, al ver que al paso del tiempo se convertía inevitablemente en un clásico entrañable. Buscar integrarlo a la maquinaria comercial, apropiárselo, sin lograr nunca domar su espíritu rebelde original.

 

De forma paralela a él como obra, como un género contracultural en sí mismo, su valiosa observación social es un referente didáctico, urbano, asequible a las mayorías. Tragicomedia mexicana y La Contracultura en México, aportan un diálogo que nadie se había lanzado a aterrizar de esa forma.

 

Particularmente, La Contracultura en México es un magnífico mapa de las corrientes alternas del siglo XX que más causaron corto circuito. Y como dice Carlos Martínez Rentería, quizá sin ese libro, la discusión pública y el estudio sobre tal fenómeno quizá se habría diluido en México.

 

La descripción que el maestro da sobre la misma, es en extremo pertinente y actual:


"Contracultura es una serie de movimientos y expresiones usualmente juveniles, colectivas, que rebasan, rechazan, se marginan, confrontan o  trascienden a la cultura dominante, enajenante, deshumanizante, que consolida al status quo; que obstruye y/o destruye las posibilidades de una expresión auténtica; que aceita la opresión, la represión y la explotación por parte de quienes ejercen el poder: naciones, corporaciones, centros financieros o individuos. Tal rechazo viene de la insatisfacción, por lo que genera sus propios medios y se convierte en un cuerpo de ideas y señas de identidad, que contiene actitudes, conductas, lenguajes propios, modos de ser y vestir: en general una sensibilidad y mentalidad alternas a las del sistema: opciones para una vida menos limitada, también llamadas alternativas o de resistencia. Expresiones que rechaza el sistema por tener carencias, según sus estándares impuestos, y porque denuncia la enfermedad que aquél provoca al manipular y sojuzgar sociedades desde los centros de poder económico, político y cultural. Por ello genera incomprensión y represión: es un fenómeno político, que surge por el desfase que el joven ve entre el discurso oficial y la triste realidad, por lo que crea su propia nación, modos distintos de ser que le permitan conservar vivo el sentido de la vida. Por ello el sistema no escucha propuestas ni planteamientos, presiona para que el joven acepte acríticamente lo que se le dice y sea dócil; si no, se le desacredita, sataniza y reprime, con un nivel de virulencia que varía según el nivel de pobreza, precariedad o indefensión: la de la contracultura es una historia de incomprensión y represión".

 

 

BOB DYLAN: ABSOLUTELY SWEET MARY

 



José Agustín, el orgullosamente marginado, ruidoso, al que los bienpeinados sin gracia envidian pero no lo dicen: "pinche mugroso venido a más, ni sabe escribir", dicen ufanos. /// "Para vivir fuera de la ley hay que ser honesto", decía Bob Dylan. Y así, forajido y fuera de la Ley, sin reverencias al Estado, es que José Agustín ha forjado su vida, a salto de mata, habitante de su propio paraíso en llamas. Inconsciente rey lagarto de un reino por él creado, gracias al cual muchos otros jóvenes derrochadores de historias han podido transitar; ingeniero del empedrado por el cual andar nuevos relatos decorados por otros atuendos y tecnologías, pero preservando para siempre encendida aquella vieja antorcha primigenia.